¿Siempre que comes dejas el plato vacío?
¿Comes sin tener apetito?
¿Te da hambre cada vez que miras televisión?
¿Comes sin control un alimento que te gusta?
¿Si estás enojado(a), triste, solo(a) o aburrido(a), te refugias en la comida?
¿No sabes reconocer si lo que sientes es hambre o un simple antojo?
¿Después de haber comido mucho, te sientes arrepentido(a)?


*Si has contestado de forma afirmativa a alguna de las preguntas anteriores, puede que seas un/a comedor/a emocional.



A continuación, te indico un listado de consejos básicos para ayudarte a controlar tus emociones y, a su vez, a tu peso:



  • Date tiempo para estar a solas contigo mismo(a). Escucha tus pensamientos y sentimientos.


  • Cuando te sientas estresado(a) o decaído(a) y tengas ganas de calmar la tentación con un bocado de comida, te recomendamos que te detengas por unos segundos y pienses sobre lo que estás sintiendo, y si realmente comer es la solución a tus problemas. Prepararte mentalmente te ayudará a comer de forma moderada y equilibrada.


  • Cuando sientas antojo, pregúntate si realmente tienes hambre y cuándo fue la última vez que comiste. Si no estás seguro(a), espera unos 20 minutos y hazte la pregunta nuevamente.

  • Siéntate siempre a comer en la mesa. Evita ver televisión cuando estés comiendo, pues no te darás cuenta cuando estés lleno(a) o satisfecho(a).


  • Lleva un diario y anota todo lo que comes, las cantidades que consumiste, dónde comiste y cómo te sentías emocionalmente en ese momento.


  • Haz una lista de actividades que desvíen la atención por la comida, como por ejemplo: llama a un amigo(a), lee un buen libro, sal a caminar, date un baño, etc. Recuerda que lo mejor que puedes hacer es ejercicio; practica algún deporte que te guste, como yoga, taichí o cualquier ejercicio relajante.


  • Nunca vayas de compras con el estómago vacío, pues esto hará que compres sólo alimentos altos en calorías. Por el contrario, si te da hambre, espera un rato prudente para que se te pase la sensación y luego sal a hacer tus compras.

Fuente: midieta.com Imagen: Google

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Has decidido que hoy vas a consumir la llamada "comida basura" a pesar de estar a dieta para adelgazar? Todos sabemos que, aunque no está bien saltarse la dieta, es algo que todo el mundo ha hecho pero jamás debe convertirse en una costumbre. Si por las circunstancias, vas a saltarte la dieta acudiendo a un local de comida rápida (hamburguesas, patatas fritas, pizzas, etc.), aquí te indico algunos consejos para que el "pecado" sea menos doloroso si cabe ;) :


1. Reduce las salsas y aderezos: La mayonesa, crema agria, aderezos y otras salsas contienen calorías ocultas. Reduce su consumo de éstos, o evítalos por completo.

2. Di “no” al queso: Una rebanada de queso sobre un sándwich o hamburguesa eleva la grasa total y calorías.

3. Prefiere el pollo: Es mejor pedir pollo asado – no frito o empanado.

4. Verduras para cada sándwich: Pida tomate, lechuga, cebolla u otra verdura para tu sándwich.

5. Cuidado con las patatas y aros de cebolla: Como alternativa, pide una ensalada o patatas al horno. Una ración grande de patatas fritas contiene alrededor de 500 calorías.

6. Evita los refrescos: En lugar de refrescos, pida agua.

7. Tamaño normal: A los "combos" les sobran calorías y grasas. Pide el tamaño pequeño/normal.

8. Trigo integral es mejor: Los panecillos de trigo integral tienen más fibra que los de pan blanco. Algunos restaurantes ofrecen panecillos de trigo como alternativa—sólo hay que pedírselos.

9. Pida pizza de corteza delgada: Una pizza de corteza delgada con verduras es preferible a la de corteza gruesa con carne y queso extra.

10. Date un capricho: Pide yogur o sorbete en lugar de helado o galletas.




* A todo esto, ten presente que la gran mayoría de locales de comida rápida ya incluyen en su menú, la opción de ensalada, así que la opción de comer sano sí la tienes:


Está en tus manos qué comida elegirás. De todos modos, si acabas por comer lo que no deberías, recuerda que hay que tener en mente los logros conseguidos y evitar tirar la toalla, de manera que sigamos con nuestra dieta habitual.

Fuente: kindsein
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La patata es un alimento muy frecuente en nuestra cocina, existen infinidad de platos en la que está presente y la mayoría de personas comemos alguna o varias veces algún plato que contiene dicho alimento a la semana.



En general, se suele decir que "la patata engorda". Véamos si hay algo de cierto en dicha creencia:



¿Cuántas calorías nos aportan las patatas?

Ante todo, hay que destacar que injustamente se suele decir que la patata es un alimento muy calórico. Vamos a ver sus calorías más "de cerca":
100 gramos de patata cruda aportan "sólo" 75/80 calorías, es decir, su contenido energético es similar al de, por ejemplo, el plátano (90 calorías cada 100 gramos). De este modo aporta muchísimas menos calorías que la pasta, ya que el valor energético de la patata (80 calorías/100 gramos) es casi cuatro veces inferior al de la pasta (360 calorías/100 gramos).



Entonces, ¿de dónde viene la fama de que las patatas engordan?
La creencia de que las patatas engordan se debe a que éstas, una vez fritas, se convierten en un alimento alto en calorías ya que, al freírlas, las patatas actúan como una esponja y absorben una gran cantidad de aceite (el aceite contiene unas 900 calorías cada 100 gramos).

De este modo, las patatas pasan de aportarnos unas 80 calorías en crudo a tener un valor energético de 400 calorías una vez fritas.

Por esta razón, resulta altamente recomendable hervirlas o cocinarlas al vapor, sin usar aceite (ni otras grasas) o con muy poca cantidad del mismo.



Recuerda: Te puedes ahorrar 300 calorías con la misma cantidad de patatas, dependiendo de cómo las cocines.


Imágenes: Google



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