Padecer obesidad durante la adolescencia tardía acarrea el mismo riesgo de morir de forma prematura que fumar más de diez cigarrillos al día, según una nueva investigación sueca publicada el 24 de febrero en la revista British Medical Journal (BMJ). Quienes sufren de sobrepeso en los últimos años de la adolescencia tienen un riesgo de morir de forma temprana similar al de un fumador moderado. Los investigadores concluyen que las iniciativas públicas sanitarias deben seguir prestando atención al hábito de fumar y a la obesidad entre los adolescentes.
Fuente/s: CORDIS
Tanto la obesidad como el hábito de fumar son dos de los principales factores de riesgo de muerte prematura en la sociedad occidental. En el mundo en vías de desarrollo el consumo de tabaco ya se ha establecido como uno de los problemas más importantes, mientras que la obesidad crece en todo el planeta, excepto en las zonas más deprimidas. Los adultos obesos (con un índice de masa corporal, o IMC, superior a 30) de mediana edad tienen un riesgo de mortalidad dos o tres veces superior a los adultos cuyo peso está dentro de lo normal (IMC entre 18,5 y 24,9).

Más preocupante todavía es que el sobrepeso y la obesidad aumentan con más rapidez entre los niños y adolescentes que entre los adultos, pese a lo cual se ha investigado poco la relación entre el sobrepeso y la obesidad en la adolescencia con la muerte prematura. El estudio que nos ocupa se centró en este tema y también investigó si la obesidad y el tabaco tienen un efecto sinérgico en el riesgo de mortalidad.

Los investigadores, del Instituto Karolinska y la Universidad de Uppsala, analizaron datos sobre la causa de muerte de más de 45.000 hombres que se habían sometido a un examen médico en 1969 y 1970 a la edad de 18 años con motivo de su ingreso en el servicio militar obligatorio. En aquella época sólo quienes padecían discapacidades graves estaban exentos del servicio militar, por lo que los datos son representativos de la población masculina sueca en esa cohorte de edad. El seguimiento de estos hombres se prolongó durante una media de 38 años, periodo durante el que murieron 2.897 de ellos.

El análisis reveló que aumentaba en un tercio el riesgo de muerte prematura entre quienes tenían sobrepeso en el momento de la prueba médica, en oposición a los sujetos de peso normal. En el caso de los obesos el riesgo era más del doble. Los investigadores señalan que estos riesgos son comparables en magnitud con los asociados al consumo de tabaco. «En la adolescencia tardía, el sobrepeso se mostró tan peligroso como fumar hasta diez cigarrillos al día, mientras que el peligro que acarrea la obesidad es comparable a fumar más de diez cigarrillos al día» , apuntan los científicos en el artículo.

La falta de peso no tuvo ningún efecto reseñable en el riesgo de mortalidad, pero aquellos cuyo peso era mucho menor al normal (IMC por debajo de 17) presentaron el mismo riesgo de muerte prematura que los sujetos con sobrepeso.

En cuanto a las razones que provocan el aumento de este riesgo, los investigadores indican que el sobrepeso y la obesidad se asocian con una mayor probabilidad de desarrollar diabetes del tipo 2, enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Con respecto a los que presentaban falta de peso, especulan que esta gente podría ser más propensa a padecer infecciones.


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